Y en el oeste no pueden faltar las mujeres. Una muchacha mejicana... por lo menos eso quise que pareciese cuando la pinte. Y una rápida y mortal pistolera.
La peana de la mejicana la hice con masilla para que pareciera el suelo de madera de una taberna. Es la primera vez que intento hacerlo y estoy muy contento con el resultado.
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